Es en lo contundente donde el tiempo nos desarma.
Donde no alcanzamos a nombrar aquello que nos sostiene
-aún a pesar de nosotros-.
Donde nos vestimos con las sobras de otros días.
Donde no acertamos a mirarnos desde fuera.
Seguimos siendo atajos, caminos enredados,
nudos de otras vidas y una eterna oscilación:
¿qué nos diremos de ahora en adelante?.
Donde no alcanzamos a nombrar aquello que nos sostiene
-aún a pesar de nosotros-.
Donde nos vestimos con las sobras de otros días.
Donde no acertamos a mirarnos desde fuera.
Seguimos siendo atajos, caminos enredados,
nudos de otras vidas y una eterna oscilación:
¿qué nos diremos de ahora en adelante?.
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