martes, 28 de julio de 2009

veintidos

Comienzo un vértigo: tu tiempo.
Sólo las hojas de otoño duermen las velas.
Metáfora inquieta. Metáfora lenta.
Respiro la luz que habita en los giros.
Vacio del cesto de la ropa elpuzzle de tu olor,
el rincón donde las almohadas toman café.
Suena de fondo la cerradura de casa:
suena de fondo tocarte los pies:
ya vuelven de nuevo descalzas las aceras de esta ciudad:
ya vuelven de nuevo nosotros.
Metáfora suelta. Metáfora sola.

veintiuno


Es en lo contundente donde el tiempo nos desarma.
Donde no alcanzamos a nombrar aquello que nos sostiene
-aún a pesar de nosotros-.
Donde nos vestimos con las sobras de otros días.
Donde no acertamos a mirarnos desde fuera.


Seguimos siendo atajos, caminos enredados,
nudos de otras vidas y una eterna oscilación:

¿qué nos diremos de ahora en adelante?.