martes, 28 de julio de 2009

veintiuno


Es en lo contundente donde el tiempo nos desarma.
Donde no alcanzamos a nombrar aquello que nos sostiene
-aún a pesar de nosotros-.
Donde nos vestimos con las sobras de otros días.
Donde no acertamos a mirarnos desde fuera.


Seguimos siendo atajos, caminos enredados,
nudos de otras vidas y una eterna oscilación:

¿qué nos diremos de ahora en adelante?.



No hay comentarios:

Publicar un comentario